No te sonará el nombre de Maurits Cornelis Escher pero seguramente sí su obra, porque la has visto en miles de sitios. M. C. Escher quería encerrar el infinito en una hoja de papel. Fue la obsesión de su vida y el hilo conductor de muchos de sus grabados en madera y dibujos tras su segunda visita a la Alhambra, en 1937. Ya había estado en el palacio nazarí a finales de los años 20, pero no se fijó tanto o no le imbuyeron de la misma forma los 17 patrones geométricos presentes en el recinto. Así que mientras en España se libraba una guerra civil, Escher dejó de pintar paisajes y pasó del escapismo al intelectualismo en un abrir y cerrar de ojos.
Como artista, Maurits C. Escher resulta inclasificable. Se han realizado múltiples interpretaciones de sus obras, pero la realidad es que Escher no tenía grandes pretensiones ni mensajes, básicamente plasmaba lo que le gustaba. No basaba su misión en los sentimentalismos, como otros artistas, simplemente en situaciones, soluciones a problemas, juegos visuales y guiños al público. Visiones, en ocasiones, que le sobrevenían por las noches, que pasaban por su imaginación y que creía merecedoras de ser plasmadas en sus cuadros.
maurits: Negro sobre blanco
Después de todo esto, te estarás preguntando por qué te hablamos de maurits. maurits es cómo vemos las cosas. maurits es la agencia audiovisual que necesitas, porque pensamos que no hay idea pequeña o imposible, solo necesitas a alguien que sepa hacerla realidad. Por eso no se trata de un nombre al azar. Maurits Cornelis Escher fue el creador de figuras y dibujos imposibles. Un personaje que materializó lo que nadie creía posible. Su ingenio, su perseverancia y su creatividad nos inspiran para crear una alternativa audiovisual diferente, profesional y mucho más pragmática. Somos un nuevo player audiovisual, que persigue la eficacia y la eficiencia con cada producción. Un proyecto audiovisual que no sería posible sin el respaldo y la experiencia de WE ARE CP.
Maurits, genio matemático
Todavía hoy, la comunidad científica internacional alaba la obra de Maurits C. Escher como un símbolo de la interrelación entre el arte y la ciencia. Pese a que su conocimiento de las matemáticas era principalmente visual e intuitivo, Escher jugó con la arquitectura y la perspectiva para inventar mundos de maravillas infinitos y envolventes.
Una de sus mayores obras quedó incompleta, Galería de grabados. En ella, utiliza el Efecto Droste para representar a un joven mirando un grabado en una galería que está deformado, casi irreconocible. Hay una enigmática zona blanca en el centro de la imagen. Esta zona es porque no fue capaz de terminarla, ya que la técnica que requería grabar esa parte no existía aún en 1956. Tendrían que pasar más de 50 años para que fuera posible. Pero como demuestra toda la obra de Escher, siempre se puede hacer posible lo imposible. Al final, un ordenador lo hizo por él en el año 2003. Gracias al trabajo de un grupo de matemáticos de la Universidad de Leiden, dirigido por el profesor Hendrik Lenstra, se logró desentrañar la estructura matemática de la imagen. Una vez conocida esta estructura, pudieron «completar» la imagen rellenando la famosa mancha blanca con la ayuda de un algoritmo informático.
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